Área de identidad
Tipo de entidad
Persona
Forma autorizada del nombre
Tarlovsky de Roisinblit, Rosa
Forma(s) paralela(s) de nombre
Forma(s) normalizada del nombre, de acuerdo a otras reglas
Otra(s) forma(s) de nombre
Identificadores para instituciones
Área de descripción
Fechas de existencia
1919 -
Historia
Nieta e hija de los primeros colonos judíos de Argentina que huyeron de los pogromos zaristas, mucho antes de ser conocida como vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Rosa Tarlovsky de Roisinblit se recibió de obstetra en 1937 en Rosario, a 320 km de su ciudad natal Moisés Ville, donde había nacido un 15 de agosto de 1919. Poco tiempo después de recibida, ganó por concurso el cargo de Partera Jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario, y en 1951, ya en Buenos Aires, se casó con Benjamín Roisinblit –contador y poeta– con quien tuvieron a su única hija, Patricia Julia.
El 8 de octubre de 1978, a los 26 años, cuando le faltaban cuatro materias para recibirse de médica y embarazada de 8 meses, Patricia fue secuestrada de su casa por un grupo de tareas de la Fuerza Aérea junto a su pequeña hija Mariana de sólo 15 meses. Dos días antes se habían llevado del trabajo a su compañero José Manuel Pérez Rojo. Ambos eran militantes montoneros. Mariana fue entregada horas después en la casa de una hermana de su abuela paterna, Argentina Rojo de Pérez, y por 20 años no supieron nada del hijo que estaba por nacer, al que iban a llamar Rodolfo.
A partir de entonces, Rosa comenzó sola –Benjamín había fallecido en 1972– la búsqueda desesperada de su hija y, más adelante, ya asistida por otras abuelas y luego también por Mariana, la de su nieto nacido en cautiverio.
Rosa se desempeñó como tesorera de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo desde 1981 hasta 1989, año en que asumió como vicepresidenta. Desde entonces recorrió el mundo denunciando los crímenes de la dictadura y los secuestros de niños, representando a los organismos de derechos humanos y la lucha por memoria, verdad y justicia de nuestro país. Fue miembro de la Sociedad Internacional para la Prevención del Niño Maltratado y Abandonado y de la Asociación Latinoamericana contra el Maltrato a la Infancia. Testimonió en los juicios por delitos de lesa humanidad. Fue reconocida con homenajes, doctorados honoris causa, entrevistas, libros, documentales. Y también participó en la restitución de 132 nietos a través de su actuación en la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, entre ellos la de su propio nieto, Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit.
Apropiado por Francisco Gómez, un agente de inteligencia de la Fuerza Aérea que lo anotó junto a su esposa Teodora Jofré bajo el nombre de Guillermo Francisco Gómez, luego de una denuncia anónima en Abuelas accedió en el año 2000 a realizarse el estudio de ADN que cuatro años después confirmaría su origen como hijo de Patricia Roisinblit y José Manuel Pérez Rojo. “Guillermo reaccionó primero muy bien, todo lindo, pero cuando la Justicia citó a los apropiadores, los indagó, los procesó, y los metió en la cárcel, ya a él no le gustó tanto”, contó Rosa en una entrevista periodística que le hicieron al cumplir 100 años. “Tuvimos una lucha. Yo tuve que empezar a conquistar el cariño de mi nieto. Me llevó 15 años conquistar el cariño de mi nieto".
La identidad judía resultó una constante en la vida de Rosa: estuvo vinculada a distintas entidades, afiliaciones, actividades y publicaciones. Ya en la década del 90 tomó mucha relevancia el compromiso en la causa por el reconocimiento de las y los desaparecidos judíos en Argentina.
Rosa Tarlovsky de Roisimblit, hoy, a los 105 años, sigue peleando batallas.