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Bettina Priotti es feminista y militante por los derechos humanos. En 1976 sufrió la desaparición de su hermano Eduardo José Priotti. Fue integrante del Movimiento Ecuménico por los derechos humanos en los años 80 y trabajó en la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires.

Aldo Etchegoyen fue Obispo de la Iglesia Metodista, miembro fundador de la Asamblea Permanente por los derechos humanos, presidente del Consejo de Iglesias Metodistas, integró el Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias y fue uno de los miembros fundadores de la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires hasta el año de su fallecimiento, en 2015, cuando ejercía el cargo de vicepresidente de la institución. Incansable militante por la defensa de los derechos humanos, tuvo una destacable actuación de apoyo a los familiares que reclamaban por los desaparecidos durante la última dictadura militar. Nació en 1928 y murió en 2015 a los 87 años.

Carlos Cajade fue un sacerdote católico nacido en Ensenada el 2 de mayo de 1950, reconocido por su actuación social con las y los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Perteneció a la Federación de sacerdotes diocesanos de Schoenstatt. Fundador del Hogar de la Madre Tres Veces Admirable y del Movimiento Chicos del Pueblo, fue secretario de derechos humanos de la Central de trabajadores Argentinos y miembro de la Comisión por la Memoria hasta su muerte a los 56 años en el año 2005.
Luchador por los derechos humanos, no dudó en enfrentarse a la estructura de la Iglesia cuando consideraba que iba en contra de los intereses de los más desprotegidos. Su obra quedó plasmada en muchos emprendimientos sociales de contención, trabajo y cobijo para la niñez en riesgo.

Integrante de la Obra de Carlos Cajade durante más de una década, trabajó por los derechos de los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Fue responsable de muchos de los emprendimientos realizados en el Hogar de la Madre Tres Veces admirable y actuó codo a codo con el padre Cajade. Fue director de la Revista la Pulseada y responsable de reunir parte de los documentos que conforman la colección

Victorio Manuel Bonamín fue un sacerdote rosarino que ejerció como provicario de las Fuerzas Armadas entre 1960 y 1982. El vicariato castrense había sido creado durante la dictadura del general Pedro Eugenio Aramburu en 1957, para “atender el cuidado espiritual de los militares de tierra, aire y mar”. Durante la última dictadura militar (1976-1983), el religioso fue uno de los 400 capellanes que se distribuyeron en las unidades militares de todo el país participando de diferentes formas en la estrategia global del gobierno de facto en la “lucha contra la subversión”. Prueba de ello son las agendas personales que el sacerdote escribió en esos años, donde apuntó minuciosamente impresiones y actividades que realizaba en su función sacerdotal de asistencia a los integrantes de las Fuerzas Armadas, y dando cuenta del acompañamiento y apoyo a su accionar.
Bonamín murió en 1991 a los 82 años, sin haber sido citado por la justicia, pero sus agendas fueron aportadas como prueba en distintos juicios por delitos de lesa humanidad.